Así nosotros mismos comparábamos nuestras fotos y nos asesorábamos o nos buleabamos sobre los resultados obtenidos.
MI TALENTO, DISPARAR

Hace 5 o 6 años me regalaron mi primera arma, si una arma que más la considero como una extensión a mi brazo, pues ya que es mi pasión no creo poder tener tanta emoción al momento de disparar como un loco, claro cuando me la dieron (sin cacerina) no sabía absolutamente nada creo que ni forma correcta de agarrarla ni como poner los dedos, para que no tiemble a la hora de apuntar. Para los que aún no han logrado entender esta analogía mi arma es mi cámara fotográfica. 

No es la tengo actualmente, pero esa 400D me sirvió de mucho y me abrió las puertas a un mundo totalmente diferente, como todo juguete nuevo (juguete pues siento que lo que hago no es un trabajo, más bien es un juego) así que disparar es mi pasión y mi arma es mi juguete. Y así fue como me inscribí en un curso de fotografía en un reconocido instituto por la Av. Cuba en Jesús María. De camino a mi primera clase me sentía algo entusiasmado pues pensaba que mi arma era una de las mejores pero al ver los cañones que tenían mis compañeros sentía que mi arma parecía más bien una pistolita de agua.

Pero la primera frase que el maestro de iniciales JCC  fue “No es la máquina del artista lo que importa si no es el talento que puede hacer con ella”, así empezó la clase hablando sobre la historia de la fotografía y el invento del Daguerotipo, (lo que sería un prototipo de las cámaras análogas actuales), las semanas continuaron pasando y me daba cuanta que cada vez disparaba mejor sintiéndome mejor conmigo mismo. Así nosotros mismos comparábamos nuestras fotos y nos asesorábamos o nos buleabamos sobre los resultados obtenidos. Recuerdo el trabajo se sustentación fue hacer una sesión fotográfica libre. Conversando con algunos de mis compañeros ellos ya estaban haciendo sus tomas pues ya tenían su temas definidos lo cual era estresante para mi, pero ya sabía que temas no realizar para no repetir con ellos, finalmente en un bus pasamos por un paradero en el q había una publicidad sobre un súper héroe cuyo encabezado decía “Yo decido mi propia suerte”.


Esto ayudo a escoger mi tema el cual fue “Conceptos de la mala suerte” haciendo fotografías muy interesantes y obviamente aprobé el curso con las felicitaciones del caso. Después de esto empecé a realizar sesiones independientes con amigos a algunos les cobraba y a otros lo realizaba por amor al arte. Así un día buscando material encuentro un aviso de un concurso fotográfico en el cual me animo a concursar (aún era un amater cuando me inscribí).


Clasificando en este concurso quede ocupando el quinto lugar.

Pero así siendo un principiante recibí una llamada para la ceremonia de premiasión pues me encontraba dentro de los 20 favoritos en la categoría a había postulado “fotografía extrema” se lo conté a toda persona que tenía contacto conmigo y me ayuda a cerrar un capitulo sentimental en mi vida pues hace unas semanas había terminado una relación, ya hablare del aspecto sentimental luego, volvamos al arte del disparo. No gane el concurso pero si quede muy cerca del primer lugar.



El tiempo continuo avanzando hasta que pude comprar a mi arma actual, la anterior se fue a Arequipa donde un colega. Con mi nueva arma aún no hemos entrado a una competencia, pero a la que entremos será para ocupar el primer lugar y estar codo a codo con los más grandes. Mis amigos y algunos familiares me dicen que tome como referencia al mejor fotógrafo del mundo que casualmente es Peruano, pero el estilo de este colega no me agrada del todo, pues a pesar de tener las mismas armas nuestros objetivos son diferentes pero al mismo tiempo muy similares.

Ahora tengo en mi poder una XSI, al igual que primera arma esta también ya tenia su tiempo de uso, estoy seguro de que cuando entre a otro concurso ocuparé sin dudarlo el primer lugar.